01/03/2011 06:48:00 p.m.
Fuente: http://www.fyo.com
La experiencia está demostrando que el uso de químicos en el campo está perjudicando al medio ambiente y por ende la salud del hombre.
Una innovación única en el país hecha por una empresa de Cañada de Gómez posibilitó, a través de una larga investigación, el desarrollo de productos biológicos como insecticidas y promotores de crecimiento que no ocasionan perjuicios a la salud de la población.
La firma en cuestión lleva el nombre de Induagro y está radicada en el parque industrial de esta ciudad. Los empresarios alegaron que se trata de "una evolución tecnológica con pocos precedentes en el país y de máximo perfil ecológico".
Los productos llevan los nombres de Límite y Malón y ya están siendo comercializados en el país. Lo novedoso del caso es que el uso del insecticida (Malón) permite obtener niveles de control permanente con un costo que está a la altura de los productos tradicionales.
Este último aspecto fue remarcado muy especialmente por los directivos de Induagro, debido a que “históricamente se trató de una técnica considerada prohibida por el alto costo de producción que generaba la fabricación masiva de los productos biológicos”.
“Hoy no es así, los vendedores reciben consultas en todas las provincias adónde llegamos con lo nuestro. Sabemos que nos llevará tiempo, pero estamos convencidos que la apuesta vale la pena”, confió el titular de la empresa, Héctor Batistelli.
Los desarrollos en cuestión son un promotor de crecimiento vegetal basado en el microorganismo bacillus subtilis, cuya función es inhibir la interacción entre la planta y el patógeno, en tanto que el insecticida mencionado está elaborado sobre la base del bacillus thuringiensis kurstaki.
Esta última bacteria fue aislada a partir de suelos de explotación agronómica y seleccionada por sus propiedades benéficas sobre la salud vegetal.
Método de control. Los profesionales que trabajaron en su elaboración aseguran que se trata de un producto “inocuo para el ser humano, para los animales, plantas e insectos no blancos”. Lo interesante es que estos microorganismos tienen la capacidad de producir una toxina biodegradable.
El biotecnólogo Gustavo Chacón, uno de los responsables de esta invención, explicó que el bacilo produce una toxina que se activa una vez que es ingerida por la larva, se pega en los intestinos y deja de comer de manera inmediata para morir al cabo de tres días.
“Como no obtenemos un efecto de volteo como ocurre con los químicos tradicionales hay dudas al aplicarlo, pero esas dudas se disipan con el correr de las horas al comprobar la efectividad. Además el uso de lo biológico asegura que no se van a morir otras especies benéficas y tampoco pájaros”, dijo Chacón.
Por su parte, Batistelli opinó que “lo biológico llegó para quedarse, eso es lo que estamos explicando, y entendemos que los resultados se van a ver dentro de dos años cuando los técnicos sean más colaboracionistas. Yo les digo que esperaron tanto para contar con este tipo de productos, ahora que están hay que usarlos”, resaltó.
Debido a su inocuidad se lo considera un producto banda verde, amigable con el medio ambiente. “Constituye una herramienta muy importante que esperemos sea además considerado como elemento de difusión del Estado porque en su eso está el futuro de las nuevas generaciones”, añadió Batistelli.
Ricardo Carrera
Blog: http://apiculturauruguay.blogspot.com/
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