La influencia de la abeja reina sobre la reproducción de las obreras es más compleja de lo que se creía
La señalización química existente entre los insectos sociales, como las abejas, las hormigas o las avispas, es más compleja de lo que se pensaba, según se desprende de un estudio elaborado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania y la Universidad de Tel Aviv.
Los expertos han señalado que los resultados de este trabajo refutan la hipótesis de que "un simple grupo de químicos controla la reproducción entre un amplio grupo de especies".
"Mientras las hipótesis señalaban que muchos linajes de insectos sociales usaban las mismas señales químicas -feromonas- nuestro equipo se mostraba escéptico de que unos comportamientos tan complejos pudieran ser controlado con un mecanismo tan simple y a través de especies tan diferentes", ha explicado uno de los autores principales del trabajo, Etya Amsalen.
Amsalem ha explicado que en enero de 2014 se publicó un estudio ue sugiere que las señales químicas producidas por las reinas de varias especies, incluyendo abejas, hormigas y avispas, son muy similares. En el documento se postula que este grupo común de productos químicos es el responsable de la inhibición de la reproducción en las obreras a través de estas diferentes especies.
"Uno de los comportamientos más fascinantes en los insectos sociales es que la mayoría de las hembras en una colonia (las obreras) no ponen sus huevos, sino que ayudan a criar los producidos por la reina", ha señalado el científico. "En algunas especies, se sabe que la reina produce feromonas, para inhibir la reproducción de los obreros", ha apuntado.
El estudio anterior examinó los ovarios de las abejas obreras ante la presencia de feromonas de la reina, para ver si estaban activas en cuanto a la producción de óvulos o si se producía el fenómeno de los ovarios en regresión, aquellos en los que los huevos en desarrollo son absorbidos de nuevo en el tejido.
Los investigadores encontraron que la exposición a las feromonas de la reina (c25) causa mayores niveles de ovarios regresivos, pero no tiene otros efectos.
EL TRABAJO
Amsalem y sus colegas explican en el trabajo, publicado en Actas de la Royal Society B, que el estudio para comprobar si c25 y dos químicos estrechamente relacionados --c23 y c27--, inhiben la reproducción de las obreras usando una especie norteamericanas de abeja 'Bombus Impatiens'.
Los expertos examinaron los ovarios de las obreras y evaluaron el tamaño de los huevos en desarrollo para determinar si estaban maduros y listos para poner, y supervisar el número de huevos puestos y el tiempo que tardaron en ponerlos.
"No se encontraron efectos de la exposición a cualquiera de los productos químicos en el tamaño de los huevos en desarrollo, el número de huevos puestos o el tiempo que tardaron las abejas en ponerlos", ha señalado otro de los autores, Christina Grozinger.
"Curiosamente, se encontró que los tres productos químicos aumentaron las tasas de regresión del ovario. Sin embargo, esta regresión se correlacionó positivamente con el tiempo para la puesta de huevos", ha señalado Grozinger, quien ha explicado que, la conclusión a la que se ha llegado es que "estos químicos no inhiben la activación de ovario en las obreras".
Los investigadores dijeron que este trabajo contribuye a un debate más amplio sobre cómo las señales feromonales podrían evolucionar y cómo la conducta social se mantiene. También contribuye al debate sobre qué medidas se deben utilizar para investigar los efectos de la abeja reina sobre la reproducción de las obreras.
"Hemos aprendido que la biología de la feromona no es tan simple como se creía. La conclusión de que la reproducción de las obreras está regulada por un mecanismo simple, común a través de diferentes especies, no es exacta. En su lugar, deducimos que las feromonas evolucionaron de forma única en diferentes especies", ha concluido la científica.
Pn/gm
AGENCIA UNO
Fuente: http://www.puranoticia.cl/
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