Las abejas melíferas (Apis Mellifera) representan para la sociedad mucho más que miel. Son, también, polinizadoras y prestan servicios ambientales.
Hoy, en los países desarrollados, está amenazada su existencia por el ataque del hombre al medio ambiente.
Latinoamérica está recorriendo el mismo camino y es imprescindible realizar un esfuerzo en la investigación para dar respuestas sostenibles.
Frágil equilibrio.
Por el rol que juegan las abejas como insectos polinizadores es que el síndrome de desaparición de colmenas (o CCD por sus siglas en inglés, Colony Collapse Disorder) ha preocupado y ocupado en los últimos años no solo a apicultores, agricultores y científicos del mundo, sino que alcanzó notoriedad a nivel del conjunto de la sociedad.
Entre los factores más sospechosos para la aparición del CCD figura la modificación de los factores ambientales por el hombre.
Dos aspectos son los más preocupantes, pero no los únicos: los problemas de nutrición de estos insectos, causados por la agriculturización, y la aplicación no responsable de los plaguicidas.
Estos componentes se encuentran también en Latinoamérica y el Caribe, pero en condiciones o intensidad diferentes.
Los datos en relación a este fenómeno son escasos en esta región de amplia diversidad en relación a climas (desde tropical hasta templado), alturas (desde el nivel del mar hasta alrededor de 2.000 metros de altitud) y apicultores, desde 15 colonias cada uno en Mesoamérica hasta 15.000 Mts. en el norte de Méjico o algunas regiones de Argentina, entre otros.
La doctora Alejandra Palacio, de la Unidad Integrada Balcarce (INTA-FCA Balcarce) e integrante del Programa Nacional de Apicultura del INTA (PROAPI), aseveró que la situación en Latinoamérica puede ser considerada como en un frágil equilibrio, debido a diferentes tipos de riesgos cada día más presentes.
"Entre ellos podemos nombrar la intensificación en la producción agrícola, que ocupa una creciente proporción de la tierra, incrementa el uso de transgénicos y plaguicidas y la pérdida de vegetación natural con el desarrollo urbano y el aumento de las áreas de cultivo", dijo Palacio.
"Esta situación está presente sobre todo en nuestro país, Uruguay y Chile, que parecen estar ya en una fase intermedia de riesgo", agregó.
Por otro lado, el coordinador del PROAPI del INTA, ingeniero agrónomo Enrique Bedascarrabure, afirmó que cuidar la gran cantidad de especies de abejas que habitan nuestro planeta, entre la que se destaca la abeja melífera, significa fortalecer una herramienta de desarrollo.
"El potencial de las abejas reside no solo en la alta calidad de alimentos, suplementos dietarios y productos terapéuticos que nos ofrecen sino, principalmente, en los servicios ambientales que nos brindan garantizando la salud ambiental que significa, en todo caso, equidad de largo plazo", comentó Bedascarrabure.
Arboles y frutos.
Cuando muera la última abeja, los manzanos dejarán de dar sus frutos, si tenemos en cuenta los resultados del trabajo realizado por el ingeniero agrónomo Salvador Sangregorio y colaboradores, de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Alto Valle.
En el trabajo se constató que en los árboles que se aislaron de las abejas se desarrollaron unos pocos frutos, siendo su rendimiento virtualmente cero. Por otra parte, en ensayos sobre árboles de peras de la variedad Abate Fetel se pudo determinar que, en los perales donde no ingresaron abejas, el rendimiento cayó un 40%.
Otros cultivos evidenciaron similar respuesta: almendros, colza y vicia, entre otros, disminuyeron su producción sin la intervención polinizadora de las abejas.
Consultada sobre el tema, la doctora Marina Basualdo, investigadora y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires e integrante del PROAPI del INTA, expresó que un tercio del alimento que se consume en el mundo depende de la polinización por abejas para su producción.
"A pesar de la importancia de la temática en nuestro país, a diferencia de los países desarrollados, la investigación es escasa", dijo.
"El desafío, como país productor de alimentos, es lograr el desarrollo de investigación y tecnología, por un lado y, por otro aunar, esfuerzos para concientizar a los diferentes actores involucrados en los sistemas productivos de las amenazas que perjudican a las abejas y, consecuentemente, la producción de alimentos", agregó Basualdo.
FRASE
"El potencial de las abejas reside no solo en la alta calidad de alimentos, suplementos dietarios y productos terapéuticos sino, principalmente, en los servicios ambientales que nos brindan garantizando la salud ambiental que significa, en todo caso, equidad de largo plazo".
Enrique Bedascarrabure
"La situación en Latinoamérica puede ser considerada como en un frágil equilibrio, debido a diferentes tipos de riesgos cada día más presentes. Entre ellos, la intensificación en la producción agrícola".
Alejandra Palacio
El verdadero valor
En la Argentina, las abejas son socialmente reconocidas por su capacidad para producir miel y otros productos de alto valor biológico como el polen, el propóleo y la jalea real. Pero las abejas representan para la sociedad mucho más que productos de la colmena.
El doctor Néstor Maceira, del Grupo Recursos Naturales y Gestión Ambiental de la Unidad Integrada Balcarce (INTA-Facultad de Ciencias Agrarias Balcarce), dijo que la polinización es considerada un servicio clave en la organización de los ecosistemas.
"Su alteración puede generar fuertes impactos en la estructura y funcionamiento del mismo y en los bienes y servicios que generan para el hombre", manifestó.
"Si disminuyen o desaparecen los polinizadores, y las abejas son el principal polinizador en los ambientes cultivados, todo el ecosistema se altera", dijo.
"Por eso el mantenimiento de los ambientes naturales, a través del ordenamiento ambiental del espacio rural y el empleo prudente de agroquímicos para evitar impactos sobre la flora y fauna benéfica, son aspectos en plena investigación en este momento por su fuerte contribución a la sustentabilidad del desarrollo", aseguró.
En los países con economías más desarrolladas, las abejas son valoradas por la polinización y los servicios ambientales que prestan.
En noviembre de 2010, el Parlamento Europeo acogió favorablemente el pedido de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, que manifestaba su interés de que la Unión Europea renueve el apoyo a la industria apícola desde su política agrícola.
"El 76% de la producción de alimento y 84% de las especies vegetales dependen de la polinización; por ello, es necesario incrementar la ayuda al sector apícola desde la política agrícola común, mediante revisión de la legislación y el aumento del apoyo financiero, así como la inversión en investigación", se destacó desde el organismo.
También se enfatizó la necesidad de un plan de acción para la lucha contra la mortalidad de las abejas, que incluye la promoción de prácticas agrícolas amigables para los polinizadores y el mantenimiento y mejoramiento de los programas de investigación existentes.
Dentro de estos programas se destacan Coloss y Bee Doc, en los que investigadores argentinos del INTA, y las universidades que integran el Programa Nacional Apícola, PROAPI, participan activamente.
En los Estados Unidos, por cada dólar que ingresa por los productos de la colmena, la abeja produce 10 veces ese valor en servicio ambiental. Esto es debido a que su trabajo de polinizador permite aumentar la producción y mejorar la calidad de los cultivos.
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