Columna publicada en EL PAIS de Montevideo el 15/6/2011
Hernán Sorhuet Gelos
MALA DECISIÓN
A medida que la vida moderna parece simplificar y uniformizar las metas
individuales y grupales -por encima de creencias, hábitos culturales y
estilos de vida- el precio que se paga parece ser la pérdida paulatina del
sentido común.
De a poco el consumo se va transformando en el principal elemento de
satisfacción personal, lo que hace perder de vista la realidad impuesta por
las propias limitaciones físicas y biológicas de nuestro mundo.
Lo más grave de esta situación no es la miopía que provoca, sino la
perturbación ocasionada sobre nuestra escala de valores, a la hora de
establecer cuáles son las grandes prioridades.
Pensemos en algunas de las trascendentales decisiones que se están por
tomar en materia de grandes proyectos a realizarse en el país; por ejemplo,
el de la minera Aratirí.
Se insiste en destacar los millones de dólares de inversión que implica
el proyecto, pero lo cierto es que no existe antecedente de un
emprendimiento privado que involucre, al mismo tiempo, la extracción y
destrucción de recursos naturales de seis departamentos del país.
Lo más preocupante del proyecto es que intenta convencer de que vale la
pena autorizar una gran extracción de hierro del subsuelo uruguayo (recurso
no renovable), que destruirá para siempre cientos y cientos de hectáreas de
tierras fértiles. Hablamos de campos que, de conservarse, seguirán
produciendo indefinidamente alimentos y otros productos agropecuarios, como
lo han hecho hasta ahora.
Luego de varios años de explotación, cuando se agote el hierro, la
empresa se irá y le dejará a la sociedad, un pasivo ambiental de magnitud
considerable; algo que las autoridades deben tomar muy cuenta antes de tomar
la decisión final.
¿Vale la pena autorizar una actividad minera extractiva a término, en
lugar de asegurar la conservación y uso sustentable de uno de los dos bienes
más preciados del planeta (la tierra y el agua)?
Si las prioridades de una sociedad están bien enfocadas, está claro que
jamás subordinará el aprovechamiento de un recurso no renovable a la
destrucción de otro más valioso y renovable, en particular –como en este
caso- cuando la magnitud del emprendimiento signifique grandes superficies
de suelo destruido.
Estos comentarios, que nos parecen suficientes para inclinar el fiel de
la balanza a favor de la protección del recurso suelo, ni siquiera han
tomado en cuenta los impactos que el proyecto de la minera Aratirí
provocarán sobre los recursos hídricos de la región. O aquellos no menores
derivados de la construcción del mineroducto –que cruzará una parte
significativa del territorio nacional- y del puerto de aguas profundas en la
maravillosa costa rochense –internacionalmente reconocida por su inestimable
valor natural.
Estamos hablando del riesgo que significa permitir un cambio dramático
en el uso de la tierra, con algunos beneficios económicos que pronto se
acabarán, y muchos perjuicios y costes para la sociedad, que padecerá de
manera permanente.
Sitio destinado al encuentro y unión, para obtener un ámbito de comunicación, difusión, debate y fomento para el desarrollo de la apicultura. Apicultura Uruguay.
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miércoles, 15 de junio de 2011
ARATIRI - MALA DECISION
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EL VERDADERO PELIGRO DE LOS TRANSGENICOS
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