Un nuevo trabajo de investigación realizado en Canadá, encontró  sustancias producidas por cultivos transgénicos en muestras de sangre de  mujeres embarazadas, sus fetos y en la población en general. 
                                        	  Fecha : 01.06.2011 
                    	                         Fuente :El Telegrafo
Un nuevo trabajo de investigación realizado en  Canadá, encontró sustancias producidas por cultivos transgénicos en  muestras de sangre de mujeres embarazadas, sus fetos y en la población  en general.
La toxina encontrada pertenece a maíces transgénicos como  el Bt, que ha sido modificado genéticamente para producir, dentro de su  grano, proteínas tóxicas para ciertos insectos que derivan de la  bacteria del suelo Bacilus thuringiensis. 
Es el primer estudio que  discute la afirmación de la industria de que ninguna proteína agregada a  un cultivo podría sobrevivir intacta el pasaje por el tracto intestinal  o entrar al torrente sanguíneo humano. 
El estudio fue realizado en  el hospital universitario Sherbrooke, de Quebec, y fue aceptado para  publicación por la revista científica Reproductive Toxicology.  Analizaron muestras de sangre de 30 mujeres embarazadas antes del parto,  30 muestras de cordones umbilicales inmediatamente después del  nacimiento y 39 muestras de mujeres no embarazadas. Se encontraron  trazas de la toxina Bt Cry1Ab en el 93% de las mujeres embarazadas, el  80% de los cordones umbilicales y el 67% de las mujeres no embarazadas.  El estudio sugiere que la fuente más probable de esta presencia es el  consumo de carne, leche y huevos de animales que han sido alimentados  con maíz transgénico. 
Según publica el diario The Telegraph del  Reino Unido, aunque no se conocen los efectos que la proteína podría  tener en la salud y la industria de transgénicos ha alegado  históricamente que la toxina Bt es inocua para los humanos, el hallazgo  se añade a las especulaciones de que podría provocar alergias y otros  problemas sanitarios.
Según el artículo, la mayoría de las  investigaciones mundiales para demostrar la seguridad de los cultivos  transgénicos ha sido financiada por la propia industria. 
En  respuesta al trabajo canadiense, el Consejo de Biotecnología Agrícola  (ABC, por sus siglas en inglés) que representa a la industria de los  transgénicos en el Reino Unido, emitió un comunicado en el que cuestiona  la fiabilidad y el valor de la investigación.
En el mismo, su  presidente, el doctor Julian Little, afirma que la seguridad de los  cultivos biotecnológicos es rigurosamente testeada antes de su  utilización y que durante los últimos 15 años, se han consumido de forma  segura en todo el mundo más de dos billones de comidas hechas con  ingredientes modificados genéticamente, sin que se diera un solo  problema de salud probado                                                
 
 
 


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