Tal como fue comprobado por estudios realizados por El Centro de Mantenimiento de Agricultura y Recursos Naturales, de la Universidad del Estado de Washington la agroindustria basada en la utilización de transgenicos asociados al Glifosato cada vez requiere de mas cantidad de este agrotoxico y de la aplicación de cada vez mas aplicación de otros agrotoxicos. (ver: http://apiculturauruguay.blogspot.com/2012/10/transgenicos-necesitan-mas-agrotoxicos.html)
La Agroindustria a través del Movimiento CREA (InfoCREA)., anuncia que se TERMINO LA ERA DEL GLIFOSATO.
Es curioso como siguen sosteniendo que esta tecnología es SUSTENTABLE.
Los invito a comprobar como en el articulo no consideran en ningún momento el costo medio ambiental al mismo tiempo que se propone un verdadero cóctel de agrotoxicos como solución
La Agroindustria a través del Movimiento CREA (InfoCREA)., anuncia que se TERMINO LA ERA DEL GLIFOSATO.
Es curioso como siguen sosteniendo que esta tecnología es SUSTENTABLE.
Los invito a comprobar como en el articulo no consideran en ningún momento el costo medio ambiental al mismo tiempo que se propone un verdadero cóctel de agrotoxicos como solución
La Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola, AACREA, es una asociación civil argentina que integra a los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola, conocidos en Argentina y Uruguay como Grupos CREA.1 Son grupos de trabajo formados por productores agropecuarios para fomentar el desarrollo tecnológico de la producción y coordinar más eficientemente la tarea productiva. Cooperan estrechamente en muchos casos con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria,2 Universidades3 y otras instituciones con las que mantienen convenios en diferentes regiones del país.
AACREA fue fundada en 1960, sobre un proyecto del arquitecto Pablo Hary en 1957. Está conformada por grupos de diez a doce productores de una misma región, a los que asiste un técnico especializado en la tarea de proporcionar soluciones específicas a la problemática local, basándose en las experiencias de los productores. Intenta de ese modo fomentar el intercambio de información para la mejora común de la producción; en ese marco, desarrolla e implementa proyectos de capacitación, experimentación y transferencia. Asimismo, promueve el intercambio y el trabajo en conjunto con expertos y organismos nacionales y extranjeros en investigación, prueba y adopción de nueva tecnología.
Institucionalmente, el objetivo del llamado Movimiento CREA es:
"promover el desarrollo integral del empresario agropecuario para lograr empresas económicamente rentables y sustentables en el tiempo, probando tecnología y transfiriéndola al medio para contribuir con el sector y el país."
En la actualidad, son socios del Movimiento CREA en la Argentina unos 1.950 productores agropecuarios, propietarios o administradores de casi 4.000.000 de hectáreas de campo. Están agrupados en 204 Grupos CREA, distribuidos en 18 regiones. En total, trabajan con la Asociación, con las Regiones o con los Grupos CREA, 200 asesores técnicos, en su mayoría ingenieros agrónomos y veterinarios.
Su inserción en Uruguay es reciente, y no ha alcanzado aún la difusión y el prestigio que tiene el Movimiento en la Argentina. Sin embargo, su crecimiento en los primeros años del siglo XXI ha sido acelerado.
Jueves, 07 de febrero de 2013
Se acabo la era del Glifosato: la competitividad de la agricultura Argentina comenzara a erosionarse de forma creciente.
La presencia de malezas resistentes al herbicida obligan a incrementar los costos de control.
La competividad de la agricultura en la zona pampeana comenzará a erosionarse de manera creciente a partir de la presencia generalizada de malezas resistentes a glifosato.
“Antes en soja usábamos nada más que glifosato como preemergente y ahora tenemos que emplear herbicidas residuales y postemergentes de contacto”, comenta Eduardo Soto, asesor del CREA San Pedro-Villa Lía. “Estamos asistiendo al fin de la era del glifosato, en la cual casi todo lo controlábamos con esa herramienta”, añade.
La mala noticia es que no existe en lo inmediato una tecnología tan abarcativa como lo fue en su momento la tolerancia a glifosato. Los problemas de malezas requerirán respuestas agronómicas diferentes en cada una de las situaciones, según indica un artículo difundido por el Movimiento CREA (InfoCREA).
“En el sudeste de Córdoba tenemos cada vez más lotes con sorgo de Alepo resistente a glifosato y con presencia de rama negra de muy difícil control; en esas situaciones se generan costos adicionales por herbicidas que pueden ubicarse de 40 a 60 u$s/ha”, comenta el consultor agrícola Juan Pablo Ioele.
El manual ya no resultará útil al momento de intentar controlar malezas. Será necesario volver a experimentar, ser creativos y estar muy atentos.
“Ya no basta con hablar de rotación de cultivos: vamos a tener que comenzar a pensar en rotación de principios activos para poder controlar el problema durante varios años, hasta que finalmente aparezca en el mercado las variedades con tolerancia a 2,4-D”, indica Arnolfo Calvo, miembro del CREA Monte Maíz.
“En la mayor parte de la región pampeana las malezas resistentes a glifosato son actualmente un fenómeno visual que no genera grandes daños económicos, pero el problema está presente y tenemos que prepararnos para enfrentarlo cuando el mismo se agrave”, apunta Calvo.
Calvo comenzó en la presente campaña a aplicar en su establecimiento el criterio de rotación de principios activos. Por ejemplo: en lotes destinados a soja con problema de sorgo de Alepo resistente a glifosato aplicó 1,0 litro/ha en barbecho (septiembre) de Imazetapir para control de sorgo de semilla más otra aplicación 1,0 litro/ha de graminicida Select con aceite para control de sorgo de rizoma en panoja embuchada (el costo de ambas aplicaciones, con productos incluidos, es de 58 u$s/ha). En lotes que van a maíz con problemas de sorgo de Alepo resistente se opta por sembrar maíz CL o directamente no sembrar el cereal.
En campos con presencia de rama negra aumentó la dosis habitual de glifosato y agregó 2,4-D o Dicamba, mientras que ante la presencia de Parietaria debilis comenzó a aplicar Atrazina en lotes destinados a maíz y herbicidas de la familia PPO (Sumisoya, Stargger ó Shark) en lotes que van a soja.
En cuanto a Viola arvensis, los escapes de Clorimurom, Metsulfurón o Atrazina fueron solucionados con aumento de dosis de glifosato más sulfato de amonio o una aplicación de herbicidas PPO.
“Lo que estamos observando últimamente son escapes de yuyo colorado (Amaranthus quitensis) al glifosato en gran cantidad de lotes de las zonas cordobesas de Pascanas, Chazón y Viamonte”, señala Calvo.
Fuente: http://www.valorsoja.com
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